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Tecnología para la Determinación Precisa de la Ubicación de Pozos: Estudio Hidrogeológico y Optimización de Puntos de Perforación

Tecnología para la Determinación Precisa de la Ubicación de Pozos: Estudio Hidrogeológico y Optimización de Puntos de Perforación


Determinar la ubicación óptima para un pozo de agua es una tarea que combina el análisis científico y la verificación de campo. Su objetivo es encontrar fuentes de agua subterránea con abundante suministro y excelente calidad de agua con un costo y riesgo mínimos. Este proceso se basa principalmente en estudios hidrogeológicos sistemáticos y la optimización de los puntos de perforación con base en los resultados del estudio.


Los estudios hidrogeológicos constituyen la base para la selección del sitio. Este trabajo es similar a realizar un "examen físico" de la tierra, con el objetivo de comprender los patrones de almacenamiento y flujo del agua subterránea. El estudio comienza con la recopilación de datos existentes, incluyendo mapas topográficos, mapas geológicos y registros de pozos cercanos. A esto le sigue el reconocimiento in situ, la observación de la topografía (por ejemplo, las laderas y los valles suelen ser zonas de recolección de agua subterránea), las masas de agua superficiales y la distribución de la vegetación; estos proporcionan pistas indirectas sobre la presencia de agua subterránea. Fundamentalmente, se utilizan métodos de detección especializados, como la medición de las diferencias en las propiedades eléctricas de los estratos rocosos subterráneos, para inferir la ubicación y profundidad de los acuíferos y, así, realizar una evaluación preliminar de la distribución del agua subterránea. Este trabajo preliminar es vital, ya que permite delimitar eficazmente las zonas candidatas y evitar la perforación a ciegas.


La optimización del sitio de perforación es una garantía científica para reducir los riesgos. Dentro del área favorable delineada mediante la investigación, determinar la ubicación específica de un pozo requiere un análisis meticuloso. Esto generalmente implica considerar múltiples factores: priorizar ubicaciones con elevaciones relativamente bajas propicias para la acumulación de agua; analizar la dirección de desarrollo de los estratos rocosos y las fracturas para ubicar el pozo en la trayectoria probable de acumulación de agua subterránea; y evitar posibles fuentes de contaminación (como granjas y plantas químicas). Para pozos grandes o importantes, a veces se perfora primero un pequeño pozo de prueba para obtener directamente información estratigráfica y del acuífero en ubicaciones clave, verificando el criterio a un costo mínimo y, en última instancia, optimizando y determinando la ubicación precisa y la profundidad de diseño del pozo principal.


En resumen, la ubicación precisa de un pozo no se trata de "feng shui", sino de un riguroso proceso de "investigación primero, verificación después y decisión en tercer lugar". Solo mediante la comprensión de los patrones generales mediante estudios hidrogeológicos científicos y el uso posterior de técnicas de optimización del sitio para determinar el objetivo óptimo, se puede mejorar significativamente la tasa de éxito y la eficiencia de la perforación, evitando el enorme desperdicio de "pozos secos" o "pozos abandonados".